En octubre de 2025, Microsoft dejará de dar soporte a los sistemas operativos Windows 10 utilizados por las empresas. Y a partir de noviembre del año que viene, también terminará el soporte para la versión doméstica. Si un cliente quiere seguir utilizando este sistema operativo de forma segura, tendrá que pagar una cuota anual.
Para ello, Microsoft ofrece la posibilidad de adquirir actualizaciones de seguridad ampliadas (ESU). Estas costarán 61 dólares el primer año una vez finalizado el soporte, 122 dólares el segundo y 244 dólares el tercero. Si te apuntas al programa ESU en el segundo año, tendrás que pagar también el primero, porque las actualizaciones son acumulativas.
Se subraya por separado que estos precios sólo se aplican a las organizaciones comerciales. Para los consumidores individuales, el coste se determinará más adelante. La empresa también señala que no se trata de una solución a largo plazo, sino de una medida temporal para permitir a los usuarios una transición fluida a Windows 11.
Microsoft ofrecerá un descuento del 25% en las compras de ESU a las empresas que utilicen las soluciones en la nube de la compañía, como Intune y Autopatch. También se ofrecen precios especiales para las escuelas. Las actualizaciones costarán 1 dólar el primer año, 2 dólares el segundo y 4 dólares el tercero.
Todas estas actualizaciones se centrarán únicamente en el soporte de seguridad de Windows 10. No hay nuevas decisiones de diseño ni nuevas características. Microsoft se compromete a conseguir que los usuarios actualicen a Windows 11.
Sin embargo, un gran obstáculo para actualizarse al último sistema operativo siguen siendo sus requisitos de hardware. Millones de ordenadores no pueden actualizarse a Windows 11 debido a sus estrictos criterios de hardware.
Según StatCounter, Windows 10 sigue siendo utilizado por el 69% de los usuarios de sistemas operativos de Microsoft. Sólo el 27% utiliza Windows 11. Y es poco probable que se cierre esa brecha antes de que termine el soporte de Windows 10. Eso significa que, por primera vez, muchos usuarios tendrán que afrontar el pago de actualizaciones del sistema operativo.