La congelación impide eficazmente la descomposición de tejidos y materiales orgánicos. Sin embargo, no es posible utilizar la congelación para mantener intactos los órganos o incluso el cuerpo humano durante mucho tiempo suspendiendo todos los procesos. El hecho es que el agua de los tejidos, al convertirse en hielo, daña la integridad de las células. Por lo tanto, los órganos no congelados permanecen con una estructura destruida.
Científicos chinos han estado buscando una mezcla química que mantenga intactas las células vivas tras su congelación y descongelación. Los experimentos se realizaron con tejido cerebral altamente sensible cultivado en condiciones de laboratorio. Se sumergió en distintas mezclas y se congeló con nitrógeno líquido durante 24 horas. A continuación, el tejido se descongelaba rápidamente y se comprobaba su funcionamiento, crecimiento y daños.
Las soluciones más satisfactorias se sometieron a más pruebas. Al final, los investigadores seleccionaron la mezcla más prometedora, que se denominó MEDY. Su nombre procede de cuatro ingredientes químicos principales, entre ellos la metilcelulosa y el etilenglicol.
Los autores del proyecto cultivaron tejidos cerebrales de distintas edades: desde cuatro semanas hasta más de tres meses. Todos ellos se congelaron durante distintos periodos de tiempo y se vigiló su estado durante varias semanas.
Curiosamente, los tejidos que sobrevivieron a la congelación MEDY no fueron diferentes de los que no se sometieron a este procedimiento. Y un lote se congeló durante 18 meses y no se vio afectado en modo alguno.
Los científicos también congelaron muestras de tejido cerebral vivo tomadas de una persona que sufría epilepsia. El experimento no dañó la estructura de las células. Y se conservó la patología asociada a la epilepsia. Esto es importante porque significa que el MEDY puede utilizarse para congelar materiales orgánicos para su posterior estudio y análisis sin riesgo de distorsionar los resultados de la investigación.
Los autores del trabajo esperan sobre todo que su mezcla ayude a otros científicos que estudian órganos y tejidos a conservar los materiales. En el futuro, MEDY también podría utilizarse para conservar órganos enteros, por ejemplo, para trasplantes.
Y si desarrollamos esta idea y mejoramos la tecnología, en el futuro la solución podría permitir congelar organismos enteros, incluidas las personas. Y entonces las tramas de las películas de ciencia ficción, en las que se utiliza el criosonido durante largos vuelos espaciales, podrían hacerse realidad.