Incluso con un smartphone nuevo, la memoria interna está parcialmente llena de datos del sistema operativo, así como de aplicaciones estándar y preinstaladas. Cuando empieces a utilizar tu gadget, a instalar tus propios programas, a hacer fotos y vídeos, te quedarás rápidamente sin espacio en el almacenamiento integrado.
Afortunadamente, muchos dispositivos Android tienen una ranura para tarjetas de memoria. Eso significa que puedes comprar una tarjeta microSD asequible y aumentar la capacidad de almacenamiento original hasta el tamaño que necesites.
Es importante saber que no todos los aparatos tienen esta opción. Para saber si tu dispositivo es uno de ellos, sólo tienes que probar a mover las aplicaciones a la tarjeta de memoria. Este proceso es reversible y no es complicado.
A veces, las propias aplicaciones pueden ser un obstáculo: algunas no se pueden copiar de la memoria interna a la tarjeta. Tampoco puedes cambiar la ubicación de almacenamiento de los programas preinstalados, sólo de los que te has descargado tú mismo.
El almacenamiento externo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. La ventaja, por supuesto, es la posibilidad de liberar almacenamiento interno y ahorrar dinero al obtener una gran cantidad de almacenamiento a un precio asequible. La desventaja sería un menor rendimiento debido a la menor velocidad de escritura y lectura en comparación con el almacenamiento interno. Las aplicaciones y juegos que consumen muchos recursos pueden ralentizarse.
No es raro que se produzcan errores al extraer la tarjeta y volver a insertarla. Por supuesto, las aplicaciones instaladas en un smartphone no funcionarán en otro si simplemente se cambia la tarjeta de sitio. Además, tras las actualizaciones, algunos programas vuelven periódicamente a la memoria interna y será necesario transferirlos de nuevo.
Por tanto, merece la pena mover las aplicaciones si estás dispuesto a sacrificar su velocidad y estabilidad a cambio de espacio libre.
Teniendo esto en cuenta, elige una tarjeta con altas velocidades de escritura y lectura para no comprometer el rendimiento de las aplicaciones. Necesitarás al menos una microSD HC Speed Class 10 o UHS Speed Class 1 con una velocidad de escritura de 10 MB/s, pero opta por las versiones de mayor rendimiento etiquetadas como UHS Speed Class 3, que ofrecen velocidades de escritura secuencial de 30 MB/s.
El proceso no es complicado, pero hay algunos matices. Es necesario formatear la tarjeta SD para que el sistema operativo pueda utilizarla como memoria. Además, si es necesario, activa la función de guardar aplicaciones en una unidad externa a través del modo desarrollador, para que aparezca la opción de transferencia en aquellos programas en los que los creadores lo hayan prohibido.
Habrá tres etapas. En algunos casos puedes pasar directamente a la tercera, pero a veces no funciona, así que es mejor hacerlo todo de principio a fin.
Este material se publicó por primera vez en enero de 2020. Actualizamos el texto en mayo de 2024.