Normalmente, las historias sobre casas encantadas o poltergeist parecen ecos de un pasado lejano, leyendas urbanas y ficción. En los últimos años, sin embargo, tales manifestaciones han adoptado una nueva forma: las personas que se mudan a casas nuevas denuncian cada vez más "entidades" dejadas atrás por anteriores propietarios o inquilinos.
Aquí no hay mística, por supuesto. Todas las nuevas historias están relacionadas con la difusión de los sistemas domésticos inteligentes. Cada vez hay más aparatos en pisos y casas equipados con estas tecnologías. Y a menudo los dispositivos permanecen tras el cambio de propietario y siguen haciendo su trabajo, asustando a los nuevos inquilinos. La historia de la lucha de un estadounidense que se mudó a una casa nueva la contó The Verge. Tuvo que dedicar mucho tiempo y esfuerzo a "vencer" las cortinas de su habitación.
Según el horario establecido por el anterior propietario, las cortinas inteligentes se abrían a las 8 de la mañana y se cerraban cuando oscurecía. El termostato inteligente también vivía una misteriosa vida propia, regulando la temperatura de las habitaciones según un misterioso esquema. Pero el problema ni siquiera era que los aparatos funcionaran por sí mismos, sino la tecnología doméstica inteligente utilizada por el anterior propietario del piso.
Mientras que algunos dispositivos eran fáciles de reconfigurar, otros eran una auténtica pesadilla porque la empresa que desarrolló el sistema utilizado, Insteon, hacía tiempo que había cerrado y ya no ofrecía soporte. En otras palabras, sólo podían desconectarse por completo.
Cada vez hay más historias como esta. El autor de The Verge concluye que es necesario establecer ciertas normas que regulen los matices asociados a las casas inteligentes a la hora de vender o alquilar una vivienda. También es necesario crear una cultura de manejo de estas tecnologías.
Hay varias opciones para resolver posibles problemas. Algunos usuarios crean una cuenta especial en casa y configuran todos los dispositivos inteligentes sólo en ella. Posteriormente, el nombre de usuario y la contraseña de la cuenta se transfieren al nuevo propietario, y no se asocian en modo alguno a las cuentas de una persona concreta. Esto también será útil desde el punto de vista de la seguridad de la información.
Otros sugieren que se obligue a los vendedores a llevarse todos los dispositivos inteligentes o a restablecer los ajustes de fábrica. Sin embargo, no todo el mundo sabe manejar estas tecnologías, y muchas personas recurren a los servicios de instaladores, por lo que a menudo ni siquiera saben qué sistema doméstico inteligente se utiliza en su piso.
Lo único que podemos decir de forma inequívoca es que el problema del "ghosting" en los hogares inteligentes se agudizará cada vez más, y que debe surgir algún tipo de cultura, al menos convencional, para tratar el hogar inteligente cuando se cambia de casa.
