Tras dos años y medio de viaje espacial y siete años desde el inicio de la misión, se han entregado a la Tierra muestras del suelo del asteroide Bennu. La cápsula OSIRIS-REx, que contenía unos 250 gramos de rocas, realizó un aterrizaje seguro en paracaídas en un lugar de pruebas en EE.UU.
Ante la preocupación de que la cápsula pudiera haberse dañado en el impacto o de que las muestras pudieran haber empezado a contaminarse en la atmósfera, un equipo especial de expertos acudió rápidamente al lugar del aterrizaje. La carga se recogió rápidamente en helicóptero y se transportó a una sala limpia provisional en un hangar. Allí se purgó con nitrógeno para eliminar cualquier posible contaminante.
La misión OSIRIS-REx, lanzada en 2016, fue el primer intento estadounidense de traer muestras de un asteroide. El 3 de diciembre de 2018, la nave espacial de la NASA llegó a Benn, que tiene un diámetro de unos 500 metros. El 20 de octubre de 2020, la nave aterrizó y recogió las primeras muestras. El 10 de mayo de 2021, la cápsula de retorno fue enviada de vuelta a la Tierra y la nave principal entró en órbita del Sol.
A Bennu se le llama "asteroide del día del juicio final" por su enorme tamaño, su naturaleza incierta y su proximidad a la Tierra. La sonda OSIRIS-REx, que consiguió tomar varias fotos durante el aterrizaje, podría no haber despegado de él en absoluto. La superficie del cuerpo celeste resultó ser muy friable, por lo que el aparato simplemente empezó a caer en Bennu.
Los científicos de la NASA creen que el estudio de este asteroide ayudará a conocer mejor los inicios del sistema solar.