Se ha desarrollado una batería para lentes de contacto inteligentes. Se alimenta de las lágrimas

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Se ha desarrollado una batería para lentes de contacto inteligentes. Se alimenta de las lágrimas

Aunque varias empresas están trabajando en lentes de contacto inteligentes, aún falta mucho para que se hagan realidad comercialmente. Uno de los principales retos reside en la necesidad de alimentar el dispositivo que se aplica al globo ocular. La lente debe ser delgada, pero disponer de una batería que mantenga los componentes electrónicos en funcionamiento durante todo el día. Además, esa batería debe cargarse de algún modo. Científicos de Corea del Sur han ideado una posible solución segura para el ojo.

Las soluciones actuales se basan principalmente en electrodos metálicos o bobinas de carga por inducción, algo parecido a las alfombrillas de carga inalámbrica. Ambos pueden ser peligrosos para el ojo si el material de la lente se rompe y el metal entra en contacto con el ojo. Una alternativa desarrollada por científicos coreanos es una batería ultrafina que se carga con líquido lagrimal.

Esta pila blanda de 0,5 mm de grosor está incrustada en la lente. Contiene agua y la enzima glucosa oxidasa. Cuando la pila plana y flexible se sumerge en el líquido lagrimal que cubre el ojo, la enzima reacciona con los iones de sodio y cloruro de este líquido, generando una carga eléctrica en el agua de la pila.

En las pruebas de laboratorio realizadas con un modelo de ojo humano, la batería fue capaz de suministrar una corriente de 45 mA y una potencia máxima de 201 mW, lo que, según los científicos, bastará para transmitir inalámbricamente los datos de la lente de contacto inteligente durante al menos 12 horas. En su forma actual, la batería puede soportar hasta 200 ciclos de carga y descarga. En comparación, las baterías de iones de litio similares suelen durar entre 300 y 500 ciclos.

El uso de una lente de contacto de este tipo no será más difícil que el de una lente de contacto normal. Por la noche se "recargará" en solución de glucosa, y durante el día el líquido lagrimal bastará para garantizar su funcionamiento.

No se plantea su posible aplicación en lentes de contacto inteligentes comerciales: el desarrollo aún no se ha probado en humanos.