Escondieron su cuerpo esperando que resucitara

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Escondieron su cuerpo esperando que resucitara

La madre fue quien tuvo la idea

Como si fuera sacado de una una película de ficción, la familia del fallecido escondió su cuerpo esperando que resucitara. Mira la historia.

Samuel González, de 25 años, quien era comerciante falleció la noche del pasado domingo, a consecuencia del dengue, según declaró, la tarde de ayer, la progenitora Marinel Castañeda.

Para los vecinos, la causa de muerte del joven es otra. “Desde hace días está ese olor. Él era comerciante y creemos que murió de sida”, afirmó Berta de Urdaneta, vecina de la familia.

En la populosa Villa Bolivariana todo el día de ayer fue un hervidero: los vecinos de Marinel Castañeda bajaban al estacionamiento con pañuelos y tapabocas, lo que llamaba más la atención de los curiosos que deseaban saber qué pasaba en el interior del apartamento número 6 del edificio 2 del bloque 39.

Alarmados por el olor putrefacto decidieron llamar a primera hora de la tarde al Cicpc para que pusiera fin a la situación.

“Un funcionario del Cicpc vino, tomó fotos y se fue, nos dijeron que no podían obligar a la señora a sacar el cadáver porque murió de causas naturales”, afirmaron los vecinos.

Incrédulos por la respuesta de los “petejotas”, llamaron a la prensa y a Polisur, para que los policías sacaran el cadáver de Samuel.

Pasadas las 4:00 pm llegó una patrulla de la policía sureña. Dos funcionarios subieron a hablar con Marinel, quien estaba acompañada de su hija Marinel Araujo.

Ambas son evangélicas, dijeron quienes las conocen. Las dos mujeres dejaron pasar a la comisión y luego bajaron junto con los polisur. Allí la progenitora manifestó a los periodistas: “Las hermanas cristianas han venido estos días a hacer un pacto por un tatuaje que tenía mi hijo en el brazo derecho. Rezamos para que Dios lo aceptara. En esos rezos , Dios me afirmó que lo resucitaría. Yo creo en Él, en su promesa”.

Marinel Araujo, única hermana de Samuel, señaló: “En las Escrituras un avivamiento es decretado para el municipio San Francisco y cuando mi hermano reviva será una sorpresa para todos”.

Los vecinos comentaban la serenidad de Marinel y su hija. La madre a ratos sonreía y decía, una y otra vez, que Dios le resucitaría a Samuel al tercer día.

“Yo tengo hijos pequeños y el olor no se aguanta, en las noches es peor. Las naúseas son constantes, ella (Marinel) insiste que su hijo va a resucitar”, comentó, preocupada, Rosa Alvarado, habitante del edificio.

Unos 20 minutos después se acercó al bloque un carro fúnebre de la empresa La Misión. El vehículo causó más curiosidad. Todos preguntaban si se iban a llevar el cuerpo de Samuel. Dos hombres subieron al apartamento con bolsas llenas de cal y una bolsa hermética.

Al abrir de nuevo el apartamento, el olor se propagó. La presencia de moscas alertaba el estado descompuesto del cuerpo.

Cerca de las 6:00 pm, el funcionario de Polisur, quien se identificó como Pedro Ramírez, aseguró que el cuerpo no podía ser movido por falta de un lugar para llevarlo. La respuesta alteró más a la comunidad que pedía a gritos que sacaran al cadáver.

Consultado, media hora después, el comisario Armando Guillén, jefe de la subdelegación Cicpc-San Francisco, sobre por qué no se llevaron el cuerpo, aseguró que acudieron a la vivienda donde falleció el hombre, “dado que el cadáver presentó avanzado estado de descomposición”.

“Se realizó la fijación fotográfica del sitio del suceso, pero se constató que se trata de una muerte por causas naturales. Al parecer, el hombre tenía tiempo padeciendo de sida”, indicó Guillén, vía telefónica.

Comenzaba a caer la noche y la comunidad temía que el cadáver pasara otra noche más en el apartamento. Finalmente, a las 6:55 pm, el cuerpo fue retirado por la funeraria, informó a este rotativo el director de Polisur, comisario Danilo Vílchez. Precisó que el cadáver fue llevado anoche al cementario La Chinita.

Por el Cicpc, Guillén dijo que Samuel, según un galeno, falleció de causas naturales y recibía diálisis.

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