Fuente: LA OPINION
Las chinches mantienen en jaque a Nueva York.
Roedores, insectos y toda clase de bichos merodean por la Gran Manzana y pueden transmitir enfermedades e infecciones a los humanos
Nueva York es una de las ciudades más ricas, famosas y sofisticadas del planeta. Sin embargo, esta glamorosa metrópolis no escapa a la presencia de plagas y bichos que afectan la salud y el bienestar de sus residentes.
En los últimos años, la urbe ha experimentado una invasión de chinches (bed bugs) que ha hecho que se disparen las quejas de residentes en la línea de asistencia municipal (311). Estos insectos han causado el cierre de viviendas, lujosos hoteles, tiendas, salas de cine, teatros, oficinas, agencias del gobierno y edificios emblemáticos.
Pero, sin duda, el mayor dolor de cabeza para los neoyorquinos lo representan las ratas. Son tantas —y tan visibles— que forman parte del panorama citadino. Aunque científicamente sería imposible contarlas, leyendas urbanas aseguran que hay hasta 100 millones de estos roedores en esta ciudad de 8.5 millones de habitantes, es decir más 1 millón por cada persona.
Al igual que en cualquier otra gran urbe, la presencia de cucarachas también es notable en Nueva York, no sólo en casas privadas sino en negocios, comercios, calles y hasta restaurantes.
Como si no bastara, en los cinco condados de la Gran Manzana también se ha denunciado en los últimos años la presencia cada vez más notable de mapaches y murciélagos, que ya no sólo se ven en parques y carreteras, sino que ahora incluso se atreven a entrar en las viviendas y departamentos.
A esto se le suma la invasión de mosquitos y garrapatas, insectos que son más numerosos y activos durante los meses de verano debido al clima cálido.
