La castración química

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La castración química

Castracion Quimica

Remedio contra ataques sexuales

En esta época de continua violencia contra niños y mujeres, mucho se habla de la castración química, sin embargo, poco se sabe de sus métodos y consecuencias. Generacción quiere poner en debate este delicado tema que, según algunos especialistas, puede poner fin a la reincidencia de delitos sexuales.

La castración es un procedimiento que puede ser químico o físico y que tiene como única finalidad disminuir la libido de las personas, entiéndase por deseo sexual, para de esta manera evitar que los violadores cometan nuevamente aberraciones sexuales contra sus semejantes.

La castración física ha estado presente desde tiempos inmemoriales. Basta recordar la escena de la película El último emperador, donde se muestra a monjes expulsados de la ciudad sagrada llevando pequeños frascos guardando sus miembros cercenados, los mismos que  eran ofrecidos a los dioses para demostrar la influencia religiosa y su control sexual.

O quizá recuerde aquellas culturas de Medio Oriente o África donde se castraba a los guardianes de las decenas de concubinas que tenía el amo de la casa, porque tantas mujeres juntas generaban un deseo incontrolable en los hombres. Y para que tenga una idea más extrema, hasta hace unos siglos en Europa, se le cortaba los miembros a los niños de voz virtuosa para que no pierdan su tono agudo y lo mantenga de por vida.

Obviamente, entre todos los casos registrados de castración física, hay muchos que no resultaron como se esperaba y terminaron con la vida de la persona. La falta de experiencia en estas intervenciones, que podrían llamarse quirúrgicas, provocaba grandes hemorragias que por lo general derivaban en la muerte.

Por eso, con los años la medicina generó un método menos agresivo de disminuir, y en ciertos casos eliminar, los impulsos sexuales a través de una castración química. En este procedimiento se inyecta una hormona al paciente para inhibirlo sexualmente.  La sustancia que se suministra se llama DepoProvera, y es un anticonceptivo femenino que reduce las concentraciones de testosterona, dificulta la erección y la eyaculación además de reducir la frecuencia de pensamientos eróticos.

CONTRAINDICACIONES

Luego de conocer los resultados científicos de la castración química, no queda más que preguntarnos si realmente esta opción es la mejor para disminuir los índices de ataques sexuales contra niños y mujeres. La castración se contrapone a lo que miles de personas piden: la pena de muerte para los violadores.

Si bien este tipo de castración elimina en gran porcentaje el deseo sexual, no olvidemos que estos sentimientos se generan en el cerebro y no en los órganos sexuales, por lo que este método debe estar acompañado de una intensa rehabilitación psicológica, de lo contrario es inservible. Los psicólogos coinciden en decir que un violador sexual no puede regenerarse a menos que acepte que lo que hace está mal y tenga deseos de reivindicarse.

A esto se suma la lista de contraindicaciones del uso de la DepoProvera, como el insomnio, pesadillas, caída del cabello, dificultad para respirar, calambres, náuseas, tromboembolismo, fatiga, depresión mental, aumento de peso, hipertensión, diverticulitis, migrañas, hiperglucemia, hipogonadismo, entre otras consecuencias que pueden terminar por convertir a un violador en un psicópata asesino que busque satisfacer sus deseos ‘mentales’ con otras herramientas distintas a sus  órganos sexuales.

Muchos pueden pensar que las contraindicaciones son menores en comparación a la aberración de abusar sexualmente de una persona, no obstante, lo que muchos países buscan es acabar con este delito sin atentar contra la vida de los abusivos y la castración química ha generado hasta el momento buenos resultados.

CASTRACIÓN QUÍMICA EN EL MUNDO

La castración química ha sido aplicada en distintos países como un método “humano” de tratar a los violadores sexuales. Estados Unidos la utiliza desde el año 1996, en Polonia ya se aprobó de manera obligatoria y en España hay carta libre para usar la castración en Cataluña, pero de manera voluntaria y temporal. Mientras, según registros, en Bélgica, Gran Bretaña, Francia, Suiza y Suecia, el tratamiento logró reducir la reincidencia de ataques sexuales.

En el Perú el tema se ha debatido en innumerables ocasiones, no obstante, nunca ha prosperado porque un sector de la población considera que esta medida atenta contra los derechos de las personas a la procreación. Son varios los congresistas del Parlamento actual quienes han presentado proyectos de ley al respecto, pero todos han sido hasta el momento desestimados.

La opción de la cadena perpetua parece ser más fiable para la mayoría de personas. La idea de no volver a ver libres a los desadaptados violadores es quizá más tranquilizadora que el tener que convivir con ellos protegiéndose en una inyección semestral. En Perú hay registros de personas que se han sometido voluntariamente a la castración química, aunque no son públicos y por lo tanto no se conocen en realidad los resultados.

Quizá la solución sea combinar todos los métodos posibles y existentes para evitar que un niño o mujer sea violentada sexualmente. La cadena perpetua unida a la castración química asistida psicológicamente puede ser el mayor de los castigos para quien goza con el sufrimiento de otro. El tema está abierto al debate y todos debemos contribuir con una solución.

Fuente: http://www.generaccion.com/magazine/1572/castracin-qumica