Un país de expertos

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Un país de expertos

Algo que detiene mucho el desarrollo en nuestro país es que hay más gente opinando sobre el trabajo de otros que gente trabajando.

Sin tener ningún estudio a mano para comprobarlo, sospecho que la cantidad de información que se produce diariamente sobre diferentes industrias excede por mucho la producción real de las mismas.

Por poner un ejemplo, las Tecnologías de la Información. Es más la gente que está teorizando sobre TI en RD que la gente que realmente está desarrollando algo, y lo que es peor, cuando alguien logra desarrollar algún producto —o por lo menos lo intenta—, llueven los expertos con un racimo de razones por la cual ese producto no es el mejor, el más adecuado o el necesario.
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Perdónenme la palabra —realmente me molesta mucho la actitud—, pero Carajo, si en este país la gente utilizara más las manos y menos la boca fuéramos potencia, ya tuviéramos por lo menos un Plátano Valley.

Entiendo que en toda industria la producción de información es necesaria y hasta la confrontación de ideas, mi punto es que se necesita trabajar más y hablar menos, o por lo menos, hablar a partir del trabajo y no lo contrario.

Talento / Disciplina

Las grandes obras no son hechas por la gente que tiene talento, sino por la gente que tiene disciplina, aunque sea disciplina para hacer lo malo.

El último caso fue el de Hidekel Morrison, un ingeniero con el que podemos estar o no de acuerdo —razones las hay—, pero ha demostrado que lo que le pueda faltar de ciencia lo tiene en disciplina para hacer su trabajo, aunque su trabajo no sea el mejor de los posibles. En tres días se levantó una cruzada Anti-Morrison en la que más de un experto guardó la razón y se unió a «la causa». Sospecho que entre la avalancha de críticos y opinantes, deben de haber cientos con más talento, capacidad o profundidad que Morrison, pero como dije al principio, prefieren usar la boca y no las manos. Pero esto no sucede solamente en el campo de la TI, La mayoría de las cosas que se hacen en RD, desde los puentes hasta los gobiernos, los grandes negocios, las películas y los programas de televisión, no son hechas por la gente que tiene talento, sino por la gente que tiene disciplina, aunque sea disciplina para hacer lo malo. Normalmente los opinantes se excusan en la falta de oportunidades, en que para lograr algo tendrían que ser corruptos o en que no tienen un padrino, pero la realidad es que lo que de verdad se necesita es dejar de hacerse la víctima y comenzar a trabajar. Un país que use más la boca que las manos no puede llegar muy lejos.
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FUENTE: http://duarte101.com/2011/06/15/un-pais-de-expertos/