Ayer, los sacerdotes jesuitas Regino Martínez y David Pantaleón durante la misa de celebración del 75 aniversario de la llegada de esa congregación a la frontera, confirmaron el compromiso de seguir fortaleciendo la fe y la vida solidaria de dominicanos y de los moradores de Haití.
Con un repaso histórico de las dificultades, logros y sus aportes, la Compañía de Jesús (jesuitas) resaltó, además, el trabajo y las luchas durante estos años.
Martínez, director de Solidaridad Fronteriza, planteó que las etapas que les han tocado a los jesuitas desarrollar en la frontera norte desde el 1936, van desde trabajo en la lucha por la tierra, el trabajo de la binacionalidad y el surgimiento de Solidaridad Fronteriza; quedando el 2011 como el reto en perspectiva de la misión, la formación y espiritualidad.
Resaltó que costó muchos esfuerzos la instalación de la iglesia Católica en la frontera, por existir enfrentamientos con otras instituciones religiosas, los cuales – en su recorrido histórico de estos 75 años- han desaparecido para dar paso a la colaboración.
Durante una misa celebrada en el colegio La Altagracia, presidida por el arzobispo de la Arquidiócesis de Santiago, monseñor Benito de la Rosa y Carpio, recordaron que no fue sino hasta el 1936, cuando Rafael Leónidas Trujillo -en visita por España- les autorizó a establecerse en Dajabón, y precisó Martínez que otro de los intereses era el desmontar las prácticas religiosas de los haitianos, quienes supuestamente habían invadido la frontera, por lo que se impuso la dominicanización vía la religión católica a los pueblos cercanos a Dajabón.
Explicaron que dentro de los retos están hacer un camino junto con la comunidad para recoger las lecciones de la historia, definir una nueva manera de organizarse tomando más en cuenta el trabajo interinstitucional, intercultural y binacional, priorizar a qué deben dedicarse más para servir mejor a los más necesitados.