Historia de la última Tortuga de las Galápagos

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Estudios genéticos a tortugas gigantes de la Isla Española, en el archipiélago ecuatoriano de Galápagos, han abierto nuevas esperanzas

Solitario George, última en su Especie

para “Jorge el solitario”, un quelonio que es el único miembro conocido de su especie, y que no ha logrado tener descendencia.

Las tortugas de la Española son “como primas” de Jorge y su genética se parece mucho, según el director del Parque Nacional Galápagos, Edgar Muñoz.

Posiblemente, balleneros y bucaneros que cazaban hace dos siglos tortugas en la isla Pinta (cuna de Jorge), abandonaron varios ejemplares en Española, lo que permitió conservar su genética.

 
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Esta tortuga es oriunda de Pinta, la más septentrional de las Galápagos, y fue rescatada en 1972 por un grupo de cazadores dedicados a erradicar las cabras, una especie introducida por el hombre que diezmó el hábitat y llevó a las tortugas gigantes de esa isla al borde de la extinción.

La edad estimada de Jorge es de entre 91 y 107 años.

Como un rey

Jorge o George fue llevado a la Isla Santa Cruz, donde vive como un rey en el Centro de Crianza de Tortugas del Parque Nacional Galápagos, rodeado de un harén de hembras de una subespecie parecida a la suya, pero que hasta ahora no han logrado darle la descendencia que aseguraría la continuidad de su tipo, geochelone abingdoni.

Las autoridades han ofrecido hasta 10.000 dólares para los conservadores que localicen una hembra en la isla originaria de Jorge para poder cruzarlo.

La comunidad científica internacional también se ha unido para recomponer el hábitat originario de Jorge y por ello, el pasado 16 de mayo fueron depositadas 39 tortugas gigantes híbridas y esterilizadas, que tienen la misión de recuperar la flora y fauna de Isla Pinta.

Las tortugas eran “el herbívoro que faltaba en Pinta” para su restauración completa, indicó Edgar Muñoz, director del Parque Nacional Galápagos.

Las tortugas híbridas han sido ataviadas con dispositivos electrónicos en sus caparazones, para lograr determinar sus movimientos y comportamiento, que serán vigilados durante dos meses por un grupo de estudiantes voluntarios de la universidad neoyorquina de Syracuse.

Luego de la adaptación del terreno, se prevé llevar a Pinta tortugas de la vecina Isla Española, donde se han encontrado ejemplares que “tienen un alto parentesco genético” con Jorge, apuntó Muñoz. Incluso no se descarta que la propia tortuga pueda volver a su terruño.