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Durante un ejercicio un gran número de soldados bien ordenados en filas se encuentran realizando tiros de práctica o algo parecido, obviamente todos ya están entrenados para saber usar y cuándo usar este tipo de armas.
Todos están bien coordinados y al escuchar la orden realizan los disparos al aire en una posición suponemos ya conocida para ellos. Pero siempre existen ciertos riesgos sobre todo cuando se trata de maniobrar con armas de este tipo, un soldado que claramente sabremos cuál de todos es, por un pequeño pero casi fatal error se dispara a sí mismo. Este soldado realmente tuvo un día de suerte pues el disparo no le dio en toda la cara pero estuvo tan cerca que hasta la boina cae de su cabeza por la potencia del disparo
