Quien más quien menos se ha enfrentado en algún momento a un repentino e inoportuno dolor de cabeza. Una incómoda y a veces muy dolorosa sensación que a muchas personas les impide realizar su vida cotidiana de forma normal. Sin embargo, solemos enfrentarnos a este malestar tomando analgésicos para mitigar el dolor, que suele remitir ante el tratamiento.
Aunque rara vez los dolores de cabeza se vinculan con enfermedades graves, lo cierto es que hay determinados casos en los que conviene que sea el médico quién valore nuestro dolor de cabeza para proporcionarnos el tratamiento más adecuado. Éstos son algunos ejemplos de casos en los que conviene recurrir a la opinión del doctor.
• Cuando el dolor es crónico y nunca has consultado por ello a un médico, ni te has hecho algún examen auxiliar que descarte alguna patología asociada para así iniciar un tratamiento preventivo.
• Si el dolor es crónico y presenta sintomatología asociada grave: parálisis o debilidad de algún miembro, o de algún músculo de la cara.
• Cuando es muy intenso, y va acompañado de náuseas y vómitos.
• Si se produce junto a alteraciones visuales persistentes o a alteraciones de memoria.
• Cuando el dolor es agudo (de inicio reciente) y se presenta alguna sintomatología grave asociada: fiebre muy alta, déficit neurológico, rigidez de nuca, etc.
• Si se presenta como consecuencia de un traumatismo en la cabeza.
• En el caso de que no remita o empeore en un período de 24 horas.
• Y, por supuesto, cuando, frente a alguna duda, creas pertinente visitar al médico
