Las palomas, esas aves inmundas, “ratas voladoras”, suponen, además de una burla como símbolo de la paz y del Espíritu Santo, un auténtico problema en las ciudades.
Propagan enfermedades; comen y defecan sin parar; sus heces son corrosivas; los daños causados por sus excrementos en edificios, monumentos, coches, etc. son incalculables; se reproducen compulsivamente.
Si el proyecto del estudio belga de diseño Tuur Van Balen, denominado “Pigeon D’Or”, llega a verificarse, se puede acabar con las fatídicas consecuencias de las heces de las palomas.
Dicho proyecto consiste en modificar el metabolismo de las palomas mediante una bacteria, inofensiva para los animales, pero que es capaz de transformar sus defecaciones en detergente.
Publicadas por JOE DIAZ.
