Un manifestante hace la señal de la victoria ante una multitud de miles de personas en la plaza de Tahrir en El Cairo, Egipto
La mayoría de la población egipcia es joven 68% y ha estado escribiendo páginas hermosas en la lucha por la libertad en su país. El arrojo y la valentía de ese pueblo lo llevan sobre sus hombros esta nueva generación de la tierra de faraones y pirámides.
Avituallados con armas negociadas con el gobierno norteamericano. No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista dice un refrán universal, este duro treinta. Es que el espacio fundamental para vivir, la libertad, nadie puede matarlo. La alegría manifiesta en los rostros de este pueblo nos recuerda el inicio de los sesenta en nuestro país. Tuvimos la suerte y alegría de vivirlo. Eso no tiene forma de explicarlo cuando nos encontramos con generaciones totalmente distintas. Los años han traído, en esta desinformación y falta de educación un sentido de humillación y de sumisión que nunca pudimos imaginarnos. Cuando vemos estos jóvenes nos acordamos de nosotros mismos participando en las calles de santo domingo y en las luchas interna de la universidad. Nunca llegamos a entendernos. Todavía estamos buscando salidas, caminos. No se ven o no podremos verlo.
En un continente anciano nacen ideas jóvenes. ojala sus sueños se logren y no les pasen como a nosotros que después de cincuenta años estamos esperando luz, educación, salud, seguridad, paz verdadera et.
Nos mataron los sueños, las esperanzas y perdimos la alegría natural….
