Cerveza y vino para niños

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Cerveza y vino para niños

Cerveza y vino para Niños

Los expertos en marketing saben olfatear desde muy lejos un nuevo fenómeno de consumo. Desde hace unos años se comenta que existen bebidas alcohólicas que tienen una versión “infantil”; es decir: cervezas, vinos y champañas que conservan su sabor y su packaging original pero no tienen ni un rastro de alcohol.

Hoy día, las empresas que apostaron a estos productos están aumentando sus ventas en el segmento de los “más bajitos” y no se descarta que, en los próximos años, lancen refrescos para niños con sabor a whisky, vodka y gin. En esta nota les contamos cómo es que esta tendencia avanza a paso firme en países como España, Estados Unidos y Japón.

MAMI, COMPRAME UNA CERVEZA
Por más maquiavélico que suene, es sabido que no hay consumidor más fiel que un niño. Puede adorar una Barbie o un muñequito de Ben 10 de la misma forma que un adulto ama su Mercedes Benz. Las marcas, para los chicos, son ley, aunque ellos todavía no lo sepan.

Las empresas alimenticias, que no son justamente bebés de pecho, entendieron esto a la perfección. En el rubro de las bebidas, los lanzamientos de cervezas para niños sorprendieron a más de uno hace algunos años pero actualmente son aceptadas y consumidas en varios países.

En Japón, por ejemplo, la firma Sangaria introdujo una línea de bebidas sin alcohol para satisfacer el mercado infantil. La “cerveza” es, en verdad, una suerte de jugo de manzana que saca espuma cuando se lo sirve (el efecto es muy real). Lo que sí generó polémica fue que la estética de las botellas de Sangaria resulta idéntica a las botellas de cerveza que consumen los mayores, e inclusive se venden como six pack (el tradicional formato de venta de seis unidades). La empresa también tiene una línea de vinos y champagne para los niños más refinados, con sabor a limón y uva.

También en el país del sol naciente es todo un éxito la Kidsbeer, de color dorado, con gusto a guaraná y envasada como la verdadera cerveza. El lanzamiento de esta bebida, en 2007, fue acompañado de una fuerte polémica, ya que algunas organizaciones de padres entendieron que, al ser tan parecido el packaging a las botellas de marcas como Heineken o Budweiser, se incentivaba el consumo de bebidas alcohólicas (aún si no había alcohol en el producto). Es cierto que el slogan de Kidsbeer es un poco provocador, ya que en la etiqueta del producto figura la siguiente frase: Even kids cannot stand life unless they have a drink (“Ni siquiera los niños pueden soportar la vida si no beben un trago”).

EL VINO DE “HELLO KITTY”
Un debate similar al de Kidsbeer se dio en Italia en junio pasado, cuando la bodega Tenimenti Castelrotto, en Lombardía, comercializó los vinos de su línea con la imagen del gatito de Hello Kitty. Ante las acusaciones de promover el consumo de alcohol entre los más pequeños, la familia propietaria salió a defenderse: “Hello Kitty no es sólo para niños. Es un reconocido ícono de moda de culto entre los adolescentes y adultos de todo el mundo”, expresó la enóloga del grupo, Patrizia Torti.

En España, la empresa barcelonense Perelada Comercial promociona una suerte de champagne para niños de nombre Pinky. La firma lo publicita como “la bebida para las fiestas de los niños” y en la etiqueta se lee claramente: “Para que puedas brindar con tus padres”.

También la compañía española Espadafor, de Granada, comercializa una imitación del champagne en versión infantil, que se llama Champín. Tanto Pinky como Champín tienen una botella idéntica a la de los espumantes tradicionales, incluido el papel dorado que envuelve el cuello y el tapón. De hecho, ambas se suelen comprar en la sección de bebidas alcohólicas de los supermercados, junto al vino y el champagne que deleitan a los “grandes”.

Finalmente, en Estados Unidos, Disney lanzó una bebida de nombre Partyfizz, un espumante a base de manzanas y uvas, cuyo color es idéntico al del champagne, con una botella envuelta en papel dorado. Partyfizz también es un éxito en el Reino Unido, especialmente en Escocia.

Más allá de las críticas que llovieron sobre Disney por este lanzamiento, lo cierto es que las ventas del producto se dispararon durante los primeros meses y hoy no dejan de crecer. Lo único que falta es que el propio Mickey Mouse nos reciba en la puerta del parque y nos invite a brindar con una copita de Partyfizz.